kuching - 2
Al dia siguiente despues de dar cuenta de un cafe y unas porciones de 'laksa' (tallarines con gambas en un caldo con muchas especias) fuimos a la zona de Santubong. Alli a los pies del impresionante monte se halla la villa cultural. Este es un parque tematico muy interesante que tenia replicas de las casas tipicas de todas las etnias que habitan Sarawak. En ellas se pueden ver gente con las ropas tradicionales haciendo labores tipicas de su cultura, asi como utensilios que utilizaban etcetera. Las mas interesantes son las de las tribus originarias. Se las llama 'long houses' en ingles o casas largas. Son casas alargadas que estan construidas bastante elevadas del suelo con el animo de defenderse de animales y otras tribus. A un lado del pasillo principal se pueden ver las habitaciones de las familias. A medida que la tribu crece, la casa se expande longitudinalmente, alargando el pasillo y añadiendo mas habitaciones. Dependiendo de la tribu, estas casas tienen cabida para entre 30 y 100 familias.
Ademas habia un espectaculo del folklore de todas las tribus, en las que destaco este joven de la etnia Penan que ademas de sus acrobacias hizo gala de su gran habilidad con la cervatana.
Despues fuimos al parque de Matang donde se pueden ver algunos animales de la region entre ellos el orangutan. Estos impresionan muchisimo, porque dan la sensacion de ser humanos: muchos de los gestos que hacen, como te miran a los ojos, ... de hecho su nombre es un nombre compuesto en malayo "orang" que significa hombre y "utan" que significa jungla, osea los orangutanes son "los hombres de la jungla".
El dia lo finiquitamos en un establecimiento de reflexoterapia y masages. La hora de reflexoterapia o masage costaba 4 euros asi que aprovechamos, aunque Marisa se atrevio con otra cosa diferente. Unos tanques con agua que contienen pececillos pequeños que traen de Turquia. Metes los pies en el tanque y los peces te van comiendo la piel muerta de los pies. La sensacion es de cosquilleo al principio pero al final te acostumbras.
Tras el exito del laksa del dia anterior, decidimos repetir. Armados de calorias y especias fuimos a visitar una granja privada de cocodrilos. Habia estanques para varias especies y tamaños de cocodrilos, pero nada mas llegar fuimos a ver la hora de la comida de los mas grandes. Les van dando trozos de pollo, pero se los cuelgan de cuerdas para obligarlos a que se ejerciten y no pierdan su esencia de animales salvajes. Impone mucho ver un bicho de estos de 3 o 4 metros de largo saltar para cogerlo y oirles despues el bufido que sueltan despues del esfuerzo, que suena mas bien a mala leche.
En la misma granja habia un par de familias de los mismos monitos que habiamos visto en las cuevas Batu de Kuala Lumpur. Y estos tambien tenian un bebe. El bebe era muy curioso y cuando le ponias el dedo queria agarrarlo, asi que cuando la madre nos dejaba teniamos momentos como este.
El dia se afeo mucho, con la intensa lluvia y el tiempo que nos quedaba hasta la salida del vuelo lo pasamos tranquilamente a cubierto en un centro comercial y despues en casa de nuestros amigos.
Ademas habia un espectaculo del folklore de todas las tribus, en las que destaco este joven de la etnia Penan que ademas de sus acrobacias hizo gala de su gran habilidad con la cervatana.
Despues fuimos al parque de Matang donde se pueden ver algunos animales de la region entre ellos el orangutan. Estos impresionan muchisimo, porque dan la sensacion de ser humanos: muchos de los gestos que hacen, como te miran a los ojos, ... de hecho su nombre es un nombre compuesto en malayo "orang" que significa hombre y "utan" que significa jungla, osea los orangutanes son "los hombres de la jungla".
El dia lo finiquitamos en un establecimiento de reflexoterapia y masages. La hora de reflexoterapia o masage costaba 4 euros asi que aprovechamos, aunque Marisa se atrevio con otra cosa diferente. Unos tanques con agua que contienen pececillos pequeños que traen de Turquia. Metes los pies en el tanque y los peces te van comiendo la piel muerta de los pies. La sensacion es de cosquilleo al principio pero al final te acostumbras.
Tras el exito del laksa del dia anterior, decidimos repetir. Armados de calorias y especias fuimos a visitar una granja privada de cocodrilos. Habia estanques para varias especies y tamaños de cocodrilos, pero nada mas llegar fuimos a ver la hora de la comida de los mas grandes. Les van dando trozos de pollo, pero se los cuelgan de cuerdas para obligarlos a que se ejerciten y no pierdan su esencia de animales salvajes. Impone mucho ver un bicho de estos de 3 o 4 metros de largo saltar para cogerlo y oirles despues el bufido que sueltan despues del esfuerzo, que suena mas bien a mala leche.
En la misma granja habia un par de familias de los mismos monitos que habiamos visto en las cuevas Batu de Kuala Lumpur. Y estos tambien tenian un bebe. El bebe era muy curioso y cuando le ponias el dedo queria agarrarlo, asi que cuando la madre nos dejaba teniamos momentos como este.
El dia se afeo mucho, con la intensa lluvia y el tiempo que nos quedaba hasta la salida del vuelo lo pasamos tranquilamente a cubierto en un centro comercial y despues en casa de nuestros amigos.
Comentarios