Rumbo a Laos
Despues de unos magnificos dias en Camboya, pusimos rumbo a Laos, como ya lo hiciera Luis Roldan hace ya 14 años.
Teniamos una dificultad importante. No habiamos tenido tiempo suficiente para sacar la visa de Laos en Australia y en la frontera entre Camboya y Laos no se expide la visa para Laos. Una opcion era volar, pero cuesta mas caro y ademas no hay vuelos todos los dias a Pakse que es la ciudad del sur a donde nos dirijiamos.
Al final decidimos salir a Tailandia para despues entrar en Laos. La ventaja de este metodo es que en Tailandia no se paga por la visa y el transporte es muy barato y de buena calidad.
Nos montamos en un autobus a Anlong Veng. La carretera estaba bastante bien, aunque todavia hay trozos de mucho polvo y conviene llevar una mascarilla o un pañuelo, ya que a veces se mete dentro del autobus. El paisaje, en estos tramos, como en muchos otros de Camboya es de un marron otoñal aunque esto es todo vegetacion tropical
Una vez alli acabamos negociando con el dueño de una motocicleta para que nos acercara hasta la frontera a unos 20 minutos por 4 dolares. La carretera hasta alli era muy buena, y una vez salvado el repecho del final llegamos al lado camboyano de la frontera. No se que le sorprendio mas al guardia camboyano, si vernos alli en aquella remota frontera o el escucharnos el saludo en camboyano.
Una anecdota mas del dia fue que Marisa estaba posando para una foto, y en esas aparecio un paisano espontaneamente y se puso a posar con ella.
Tras pasar a Tailandia, nos dimos cuenta de que el unico transporte publico que habia era un taxista que rondaria los 70 años que pretendia cobrarnos 12 euros por llevarnos 40 kilometros hasta una ciudad que tenia autobuses a la frontera. Fue dificil hacerse entender, pero al final el guardia tailandes acabo por parar a uno de los pocos camiones que pasan por alli y darle instrucciones que nos llevara hasta la carretera principal. Y asi conseguimos recorrer gratis los siguientes 40 minutos.
Cenamos en un restaurante que habia en el propio cruce, donde lo divertido fue preguntar donde estaba el baño. No entendian la palabra "toilet", entonces hubo que recurrir al lenguaje de los gestos, y cuando por fin lo entendieron hubo grandes carcajadas.
Ya bien entrada la noche llegamos a Ubon Ratchani, que es la ultima ciudad grande antes de Laos. Era tarde, hacia mucho frio y no tuvimos mucho poder de negociacion. El alojamiento que conseguimos fue caro para los estandares tailandeses.
Antes de ir a Pibun en autobus, sacamos un monton de moneda tailandesa, porque Laos es legendario, entre otras, por su escasez de cajeros, por la poca cantidad que puedes sacar de ellos de una vez, y por el porcentaje que te cobran. Sin embargo la moneda tailandesa y el dolar americano los aceptan en todos los lados, y a muy buen cambio. En una de las paradas del camino compramos una piña deliciosa de casi 2 kilos y un coco por menos de un euro. Una vez mas, lo de la fruta en este pais no tiene nombre.
De Pibun cogimos un Songtaew hasta la frontera. Aqui lo curioso fue que como era la hora de salida de los colegios, compartimos el viaje con unas 30 niñas.
Tras cruzar la frontera de Chong Mek conseguimos una furgoneta compartida con unas 8 mujeres y un mariquita, que como bien observo Marisa, era el mas femenino de todas ellas. Hay que decir que en este pais, los "lady boys" tienen uno de los niveles de discriminacion mas bajos del mundo.
Tras avistar por primera vez el rio Mekong llegamos a Pakse. La ciudad en si no tiene nada pero es el punto de partida para explorar el sur de Laos.
La busqueda de alojamiento fue dura. Hubo que pelear mucho porque ese fin de semana habia un evento deportivo que habia saturado todos los hoteles. Tras ducharnos y cenar resolvimos ir al sur al dia siguiente a visitar las "4000 islas" para dar tiempo a que se pasaran las mini-olimpiadas de Pakse.
Teniamos una dificultad importante. No habiamos tenido tiempo suficiente para sacar la visa de Laos en Australia y en la frontera entre Camboya y Laos no se expide la visa para Laos. Una opcion era volar, pero cuesta mas caro y ademas no hay vuelos todos los dias a Pakse que es la ciudad del sur a donde nos dirijiamos.
Al final decidimos salir a Tailandia para despues entrar en Laos. La ventaja de este metodo es que en Tailandia no se paga por la visa y el transporte es muy barato y de buena calidad.
Nos montamos en un autobus a Anlong Veng. La carretera estaba bastante bien, aunque todavia hay trozos de mucho polvo y conviene llevar una mascarilla o un pañuelo, ya que a veces se mete dentro del autobus. El paisaje, en estos tramos, como en muchos otros de Camboya es de un marron otoñal aunque esto es todo vegetacion tropical
Una vez alli acabamos negociando con el dueño de una motocicleta para que nos acercara hasta la frontera a unos 20 minutos por 4 dolares. La carretera hasta alli era muy buena, y una vez salvado el repecho del final llegamos al lado camboyano de la frontera. No se que le sorprendio mas al guardia camboyano, si vernos alli en aquella remota frontera o el escucharnos el saludo en camboyano.
Una anecdota mas del dia fue que Marisa estaba posando para una foto, y en esas aparecio un paisano espontaneamente y se puso a posar con ella.
Tras pasar a Tailandia, nos dimos cuenta de que el unico transporte publico que habia era un taxista que rondaria los 70 años que pretendia cobrarnos 12 euros por llevarnos 40 kilometros hasta una ciudad que tenia autobuses a la frontera. Fue dificil hacerse entender, pero al final el guardia tailandes acabo por parar a uno de los pocos camiones que pasan por alli y darle instrucciones que nos llevara hasta la carretera principal. Y asi conseguimos recorrer gratis los siguientes 40 minutos.
Cenamos en un restaurante que habia en el propio cruce, donde lo divertido fue preguntar donde estaba el baño. No entendian la palabra "toilet", entonces hubo que recurrir al lenguaje de los gestos, y cuando por fin lo entendieron hubo grandes carcajadas.
Ya bien entrada la noche llegamos a Ubon Ratchani, que es la ultima ciudad grande antes de Laos. Era tarde, hacia mucho frio y no tuvimos mucho poder de negociacion. El alojamiento que conseguimos fue caro para los estandares tailandeses.
Antes de ir a Pibun en autobus, sacamos un monton de moneda tailandesa, porque Laos es legendario, entre otras, por su escasez de cajeros, por la poca cantidad que puedes sacar de ellos de una vez, y por el porcentaje que te cobran. Sin embargo la moneda tailandesa y el dolar americano los aceptan en todos los lados, y a muy buen cambio. En una de las paradas del camino compramos una piña deliciosa de casi 2 kilos y un coco por menos de un euro. Una vez mas, lo de la fruta en este pais no tiene nombre.
De Pibun cogimos un Songtaew hasta la frontera. Aqui lo curioso fue que como era la hora de salida de los colegios, compartimos el viaje con unas 30 niñas.
Tras cruzar la frontera de Chong Mek conseguimos una furgoneta compartida con unas 8 mujeres y un mariquita, que como bien observo Marisa, era el mas femenino de todas ellas. Hay que decir que en este pais, los "lady boys" tienen uno de los niveles de discriminacion mas bajos del mundo.
Tras avistar por primera vez el rio Mekong llegamos a Pakse. La ciudad en si no tiene nada pero es el punto de partida para explorar el sur de Laos.
La busqueda de alojamiento fue dura. Hubo que pelear mucho porque ese fin de semana habia un evento deportivo que habia saturado todos los hoteles. Tras ducharnos y cenar resolvimos ir al sur al dia siguiente a visitar las "4000 islas" para dar tiempo a que se pasaran las mini-olimpiadas de Pakse.
Comentarios
hoy ha llegado el CD con las fotos. Ha sido una sorpresa gigante y nos ha hecho mucha ilusión.
¿Quién es el bebé de las fotos de Melbourne? Porque Vicen yo creo que no es....
Bueno, debo confesar que no las he visto todas, solo algunas. Por cierto, sois muy buenos fotógrafos!
Hace días que no entraba en el blog. No me da el tiempo para nada. Pero también me sorprenden vuestras peripecias porque yo creía que una vez llegabais a Australia ya no os moveríais del país, que este era el destino final pero... seguís dando vueltas! Me tenéis la mar de intrigada.
Bueno, de todos modos lo importante es la cara de felicidad que tenéis los dos y lo bien que lo estáis pasando.
Espero que tengais suerte y encontréis pronto un trabajo y un piso bonito.
Y con ésto os dejo, que se está haciendo tarde y mañana hay que madrugar.
Muchas gracias por el CD y por acordaros de nosotros.
Besos para los dos
Soco
Ahora ya si que si, por fin estamos asentados de verdad. Ya vale de dar vueltas por un rato. Tenemos ganas de establecer una rutina y parece que todo apunta a que lo estamos consiguiendo. Yo empiezo a trabajar el lunes y Alberto esta en ello, enseguida saldra algo bueno para el tambien. Tambien tenemos ya direccion estable en Sydney y estamos muy contentos de como esta saliendo todo.
A nosotros nos hacia mucha ilusion mandaros las fotos y nos encanta tu comentario sobre lo de "buenos fotografos". De echo hemos echo una seleccion para presentarlas a un concurso de aficcionados a la fotografia. Si gana alguna foto ya te lo decimos.
Ah!, el bebe de la foto es Diego, hijo de unos amigos valencianos que viven en Melbourne.
Un abrazo muy fuerte para ti y los tios.
Marisa y Alberto