Battambang
La ducha, la cena y la gran noche de descanso nos hizo enseguida dejar atras todas las aventuras de la frontera. Nos habian ofrecido en el hotel varias excursiones para ir a ver varias cosas alrededor de Battambang. En concreto nosotros nos interesamos por la excursion que iba al sur en motocicleta, pero estabamos seguros de que lo conseguiriamos mas barato.
Nos metimos a desayunar en un garito de paisanos, donde nos llamo la atencion el cafe. En esta parte del mundo lo hacen fuerte y muy denso, con un colador, y despues le echan leche condensada. El resultado es mas parecido al chocolate a la taza que al cafe que conocemos. Siempre hay una primera vez, y esta fue la nuestra.
En eso estabamos cuando se sento en la misma mesa un paisano de unos 60 tacos, con sonrisa muy sincera a pesar de sus muchos dientes metalicos. Aqui es muy normal eso de compartir mesa, asi que empezamos a hablar con el. El hablaba mas frances que otra cosa, y aunque nuestro "frances con acento de Caceres" no es brillante, podiamos entendernos. Poco a poco fue mostrando, sus cartas. Era un guia por cuenta propia y hacia excursiones en su propia moto. La verdad, es que lo hizo con mucho tacto, y eso es de agradecer. Le comentamos las cosas que queriamos ver y conseguimos un precio de 20 dolares americanos, que era bastante menos de lo que pedian en el hotel. Asi que por unos 13 euros, nos pasamos todo el dia de excursion montados los 3 en su moto, que era algo que nosotros preferiamos a ir en motos separadas.
Antes de salir dimos una vuelta por el mercado. Uno no se cansa de ver estas cosas, en parte porque todos tienen algo diferente. En esta ocasion nos llamaron la atencion los puestos de pescado, que por estos lares son exclusivamente de rio. Se puede dudar de otras cosas, pero lo que esta claro es que el genero es fresco, porque alli esta coleteando. Llego un cliente y pidio este o aquel pez, y al instante la tendera saco un palo y de la misma le sacudio un par de leñazos al pez. El otro pago, y se lo llevo con la tranquilidad de que no se iba a mover demasiado en el viaje de vuelta a casa.
Saliendo de la ciudad nuestro francofono amigo nos llevo a ver algunos edificios importantes en la ciudad. A nosotros lo que mas nos gusto fue este puente. Cruzarlo es una aventura y ademas recuerda no a una sino a muchas peliculas ...
Despues nos fuimos camino de nuestro primer destino "Wat Baydamram". El templo en si no es gran cosa pero es famoso por tener unos arboles en los que viven un monton de murcielagos.
Despues fuimos a "Wat Banan", que es un templo famoso en Camboya, porque supuestamente se parece a "Angkor Wat", y hay incluso quien afirma que este pudo ser la inspiracion para aquel.
Pero antes de subir hicimos una parada tecnica para hidratarnos, con un coco de la tierra. Seguimos sin encontrar cocos como los de Tailandia, pero por lo menos nos quito la sed.
Despues fuimos a "Phnom Sampeau", que es una loma que tiene un poco de todo: un par de templos, piezas de artilleria de las ultimas guerras, una cueva con restos del genocidio de los Gmeres rojos y unas vistas fabulosas de los alrededores de Battambang
Por cierto esa carretera que se ve en la foto fue la que cogimos para volver a la ciudad. La inmensa mayoria de las carreteras por las que fuimos son de tierra y polvo fino. El pais lleva ya un par de decadas de normalidad politica, pero aun le queda camino por recorrer en lo economico, y las infraestructuras todavia tienen que mejorar. El caso es que hicimos como los de aqui, para conducir nos compramos unas mascaras de quirofano y a conducir. Ni que decir tiene que nos pusimos de polvo "perdidicos". Las cejas de Alberto parecian rubias al final del dia.
En resumen el dia fue muy entretenido, pero mas que la historia o los monumentos, fue el paisaje rural lo que mas nos gusto, exceptuando quizas el "tren de bambu", del que hablaremos en el siguiente articulo. La gente que sonrie a pesar de todo lo que pasado, las casas donde viven, los campos y los niños que salen a saludarte a la carretera.
Despues de sacudirnos el polvo, nos fuimos a pasear por el Battambang colonial y a buscar un sitio para comer. Al final nos quedamos a comer "un volcan", que es una especie de parrilla semiesferica en la que tu te vas haciendo la carne al punto que te gusta.
Nos metimos a desayunar en un garito de paisanos, donde nos llamo la atencion el cafe. En esta parte del mundo lo hacen fuerte y muy denso, con un colador, y despues le echan leche condensada. El resultado es mas parecido al chocolate a la taza que al cafe que conocemos. Siempre hay una primera vez, y esta fue la nuestra.
En eso estabamos cuando se sento en la misma mesa un paisano de unos 60 tacos, con sonrisa muy sincera a pesar de sus muchos dientes metalicos. Aqui es muy normal eso de compartir mesa, asi que empezamos a hablar con el. El hablaba mas frances que otra cosa, y aunque nuestro "frances con acento de Caceres" no es brillante, podiamos entendernos. Poco a poco fue mostrando, sus cartas. Era un guia por cuenta propia y hacia excursiones en su propia moto. La verdad, es que lo hizo con mucho tacto, y eso es de agradecer. Le comentamos las cosas que queriamos ver y conseguimos un precio de 20 dolares americanos, que era bastante menos de lo que pedian en el hotel. Asi que por unos 13 euros, nos pasamos todo el dia de excursion montados los 3 en su moto, que era algo que nosotros preferiamos a ir en motos separadas.
Antes de salir dimos una vuelta por el mercado. Uno no se cansa de ver estas cosas, en parte porque todos tienen algo diferente. En esta ocasion nos llamaron la atencion los puestos de pescado, que por estos lares son exclusivamente de rio. Se puede dudar de otras cosas, pero lo que esta claro es que el genero es fresco, porque alli esta coleteando. Llego un cliente y pidio este o aquel pez, y al instante la tendera saco un palo y de la misma le sacudio un par de leñazos al pez. El otro pago, y se lo llevo con la tranquilidad de que no se iba a mover demasiado en el viaje de vuelta a casa.
Saliendo de la ciudad nuestro francofono amigo nos llevo a ver algunos edificios importantes en la ciudad. A nosotros lo que mas nos gusto fue este puente. Cruzarlo es una aventura y ademas recuerda no a una sino a muchas peliculas ...
Despues nos fuimos camino de nuestro primer destino "Wat Baydamram". El templo en si no es gran cosa pero es famoso por tener unos arboles en los que viven un monton de murcielagos.
Despues fuimos a "Wat Banan", que es un templo famoso en Camboya, porque supuestamente se parece a "Angkor Wat", y hay incluso quien afirma que este pudo ser la inspiracion para aquel.
Pero antes de subir hicimos una parada tecnica para hidratarnos, con un coco de la tierra. Seguimos sin encontrar cocos como los de Tailandia, pero por lo menos nos quito la sed.
Despues fuimos a "Phnom Sampeau", que es una loma que tiene un poco de todo: un par de templos, piezas de artilleria de las ultimas guerras, una cueva con restos del genocidio de los Gmeres rojos y unas vistas fabulosas de los alrededores de Battambang
Por cierto esa carretera que se ve en la foto fue la que cogimos para volver a la ciudad. La inmensa mayoria de las carreteras por las que fuimos son de tierra y polvo fino. El pais lleva ya un par de decadas de normalidad politica, pero aun le queda camino por recorrer en lo economico, y las infraestructuras todavia tienen que mejorar. El caso es que hicimos como los de aqui, para conducir nos compramos unas mascaras de quirofano y a conducir. Ni que decir tiene que nos pusimos de polvo "perdidicos". Las cejas de Alberto parecian rubias al final del dia.
En resumen el dia fue muy entretenido, pero mas que la historia o los monumentos, fue el paisaje rural lo que mas nos gusto, exceptuando quizas el "tren de bambu", del que hablaremos en el siguiente articulo. La gente que sonrie a pesar de todo lo que pasado, las casas donde viven, los campos y los niños que salen a saludarte a la carretera.
Despues de sacudirnos el polvo, nos fuimos a pasear por el Battambang colonial y a buscar un sitio para comer. Al final nos quedamos a comer "un volcan", que es una especie de parrilla semiesferica en la que tu te vas haciendo la carne al punto que te gusta.
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