Wellington
Otro autobus nos llevo en varias horas a Wellington, la capital de Nueva Zelanda. Al llegar fuimos al alojamiento que teniamos reservado y nos pusimos a jugar al pingpong que habia en la sala comun hasta que nos hicieron la habitacion. Una vez instalados fuimos a picar algo al Ernesto en la calle Cuba.
Satisfecho el estomago empezamos por visitar los jardines botanicos, que merecen la pena por lo bonitos y extensos que son y por la vista de la ciudad, ya que estan en un alto al que se llega en un funicular de hace 100 años. Despues se puede bajar a pie por los senderos marcados y asi se ve otra parte diferente de los jardines, que estan divididos por zonas tematicas.
Al bajar nos acercamos al Parlamento, que en realidad es un complejo de tres edificios de diferentes estilos: la casa del parlamento de estilo neoclasico, la libreria de estilo victoriano y otro edificio de los años 70 que por su forma lo llaman la colmena.
Despues dimos un paseo por el puerto que es un lugar con mucho ambiente y tipica zona de recreo pero los vientos eran fortisimos. Las nubes corrian a toda prisa y no habia quien parara por alli. Wellington tiene fama de ser ventoso pero aquel dia era de salir volando.
Asi que tuvimos la idea de meternos en el museo "Te Papa" hasta que se calmara el tiempo. Dicen es el mejor museo de Nueva Zelanda y ademas completamente gratis. Podemos atestiguar que no tiene desperdicio y da para entretenerse muchas horas sin enterarse de que pasa el tiempo pues es muy entretenido. En resumen: muy recomendable.
En la seccion sobre la naturaleza en Nueva Zelanda nos quedamos boquiabiertos con el calamar colosal que habia expuesto y con el esqueleto de una ballena azul suspendido del techo. Por la magnitud de cualquiera de estos dos animales uno puede pensar que son prehistoricos pero lo sorprendente es que ambos existen. El calamar fue capturado por casualidad en el 2007 en aguas del antartico y pesa nada menos que 495 kilos. Cuantas paellas no se podrian hacer con el!
Al dia siguiente recorrimos Oriental Parade, un bonito paseo al lado del mar que recuerda un poco a Getxo con sus casas señoriales.
Como nos gusto tanto el museo Te Papa volvimos de nuevo a ver lo que nos faltaba. Esta vez probamos un simulador de movimiento, no apto para los que tengan vertigo pero muy divertido. Hay tambien un simulador de terremotos con un nivel 6.6 en la escala de Ritzer, o sea, parecido al nivel del terremoto que asolo Haiti hace unos meses.
Esta gente tiene muy presente la actividad sismica que constantemente experimenta el pais, no en vano Wellington esta asentada sobre una falla. Nada menos que 15000 terremotos se registran en Nueva Zelanda al año aunque afortunadamente tan leves que ni se sienten.
Otra seccion del museo esta dedicada a la cultura y arte maori aunque por aqui pasamos mas rapido ya que faltaba poco para cerrar y ya habiamos visto Maraes (las casas talladas de madera maoris) en otros museos.
Terminamos nuestra visita con otro paseo por el puerto, esta vez con mejor tiempo y sacamos fotos del centro civico y el ayuntamiento. En la plaza del centro civico nos encontramos con esta pieza de arte urbano que nos fascino como a tantos otros que pasaban por alli.
Satisfecho el estomago empezamos por visitar los jardines botanicos, que merecen la pena por lo bonitos y extensos que son y por la vista de la ciudad, ya que estan en un alto al que se llega en un funicular de hace 100 años. Despues se puede bajar a pie por los senderos marcados y asi se ve otra parte diferente de los jardines, que estan divididos por zonas tematicas.
Al bajar nos acercamos al Parlamento, que en realidad es un complejo de tres edificios de diferentes estilos: la casa del parlamento de estilo neoclasico, la libreria de estilo victoriano y otro edificio de los años 70 que por su forma lo llaman la colmena.
Despues dimos un paseo por el puerto que es un lugar con mucho ambiente y tipica zona de recreo pero los vientos eran fortisimos. Las nubes corrian a toda prisa y no habia quien parara por alli. Wellington tiene fama de ser ventoso pero aquel dia era de salir volando.
Asi que tuvimos la idea de meternos en el museo "Te Papa" hasta que se calmara el tiempo. Dicen es el mejor museo de Nueva Zelanda y ademas completamente gratis. Podemos atestiguar que no tiene desperdicio y da para entretenerse muchas horas sin enterarse de que pasa el tiempo pues es muy entretenido. En resumen: muy recomendable.
En la seccion sobre la naturaleza en Nueva Zelanda nos quedamos boquiabiertos con el calamar colosal que habia expuesto y con el esqueleto de una ballena azul suspendido del techo. Por la magnitud de cualquiera de estos dos animales uno puede pensar que son prehistoricos pero lo sorprendente es que ambos existen. El calamar fue capturado por casualidad en el 2007 en aguas del antartico y pesa nada menos que 495 kilos. Cuantas paellas no se podrian hacer con el!
Al dia siguiente recorrimos Oriental Parade, un bonito paseo al lado del mar que recuerda un poco a Getxo con sus casas señoriales.
Como nos gusto tanto el museo Te Papa volvimos de nuevo a ver lo que nos faltaba. Esta vez probamos un simulador de movimiento, no apto para los que tengan vertigo pero muy divertido. Hay tambien un simulador de terremotos con un nivel 6.6 en la escala de Ritzer, o sea, parecido al nivel del terremoto que asolo Haiti hace unos meses.
Esta gente tiene muy presente la actividad sismica que constantemente experimenta el pais, no en vano Wellington esta asentada sobre una falla. Nada menos que 15000 terremotos se registran en Nueva Zelanda al año aunque afortunadamente tan leves que ni se sienten.
Otra seccion del museo esta dedicada a la cultura y arte maori aunque por aqui pasamos mas rapido ya que faltaba poco para cerrar y ya habiamos visto Maraes (las casas talladas de madera maoris) en otros museos.
Terminamos nuestra visita con otro paseo por el puerto, esta vez con mejor tiempo y sacamos fotos del centro civico y el ayuntamiento. En la plaza del centro civico nos encontramos con esta pieza de arte urbano que nos fascino como a tantos otros que pasaban por alli.
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