Un dia en las carreras
A medidados de Octubre unos amigos irlandeses nos invitaron a ir a las carreras de caballos. En Sydney se organizan coincidiendo con las de Melbourne que son las mas famosas, como ya explicamos en el blog en la pasada edicion.
Dentro del recinto, ademas de las pistas donde corren los caballos y las gradas para presenciarlos hay una sala enorme con pantallas gigantes para realizar las apuestas. La gente puede apostar tambien sobre carreras que se estan disputando en otros sitios en el mismo momento en que tiene lugar en Sydney ya que se pueden seguir las posiciones a traves de las pantallas.
Pero en fin, lo importante aqui es la diversion. Es una especie de carnaval. La gente se viste para la ocasion de una manera muy llamativa aunque no exactamente de disfraz sino mas bien en una interpretacion creativa de como va la gente a las carreras en Inglaterra. Asi tenemos a los jovenes, siempre mas atrevidos que se inspiran en los años 20, otros van estilo hippy muy estudiado, ...y otros mas clasico, con traje de vestir y corbata los hombres y vestidos muy coloridos las mujeres. A destacar las pamelas y tocados de los que se pretende sea el mas original y vistoso.
Aqui esta Marisa con una amiga irlandesa, Joana que llevo un sombrero muy discretito para la ocasion.
Ya que estabamos alli por primera vez nuestros ya avezados amigos nos enseñaron a apostar. Por ser la primera vez no estuvo mal y conseguimos un 10% de beneficio sobre 10 dolares que pusimos. Solo apostamos en una carrera y nos llevamos 1 dolar de beneficio: la suerte del novato. Esto no nos ha convencido para aficcionarnos a las apuestas aunque nuestros amigos hacen mucho mas que eso. Ellos han comprado junto con otros un caballo. Digamos que ellos han puesto la decima parte de lo que cuesta con lo que costean su cuidado, mantenimiento, los entrenamientos. Despues esperan recuperar y aumentar el dinero invertido cuando el caballo participe en las carreras y consiga buenas posiciones. Como veis es otra manera de invertir los ahorros como otra cualquiera.
Alberto opto por algo muy inusual en este pais que es vestirse con lino, lo que le daba la "discreta" elegancia de un mafioso colombiano.
Dentro del recinto, ademas de las pistas donde corren los caballos y las gradas para presenciarlos hay una sala enorme con pantallas gigantes para realizar las apuestas. La gente puede apostar tambien sobre carreras que se estan disputando en otros sitios en el mismo momento en que tiene lugar en Sydney ya que se pueden seguir las posiciones a traves de las pantallas.
Pero en fin, lo importante aqui es la diversion. Es una especie de carnaval. La gente se viste para la ocasion de una manera muy llamativa aunque no exactamente de disfraz sino mas bien en una interpretacion creativa de como va la gente a las carreras en Inglaterra. Asi tenemos a los jovenes, siempre mas atrevidos que se inspiran en los años 20, otros van estilo hippy muy estudiado, ...y otros mas clasico, con traje de vestir y corbata los hombres y vestidos muy coloridos las mujeres. A destacar las pamelas y tocados de los que se pretende sea el mas original y vistoso.
Aqui esta Marisa con una amiga irlandesa, Joana que llevo un sombrero muy discretito para la ocasion.
Ya que estabamos alli por primera vez nuestros ya avezados amigos nos enseñaron a apostar. Por ser la primera vez no estuvo mal y conseguimos un 10% de beneficio sobre 10 dolares que pusimos. Solo apostamos en una carrera y nos llevamos 1 dolar de beneficio: la suerte del novato. Esto no nos ha convencido para aficcionarnos a las apuestas aunque nuestros amigos hacen mucho mas que eso. Ellos han comprado junto con otros un caballo. Digamos que ellos han puesto la decima parte de lo que cuesta con lo que costean su cuidado, mantenimiento, los entrenamientos. Despues esperan recuperar y aumentar el dinero invertido cuando el caballo participe en las carreras y consiga buenas posiciones. Como veis es otra manera de invertir los ahorros como otra cualquiera.
Alberto opto por algo muy inusual en este pais que es vestirse con lino, lo que le daba la "discreta" elegancia de un mafioso colombiano.
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